Actualmente, son ampliamente utilizadas en la medicina regeneradora, en la rehabilitación musculo-esquelética para tratar la inflamación, la calcificación, los procesos condrales y para el alivio del dolor. También están siendo ampliamente utilizadas en el tratamiento desintegrador de los cálculos renales y pancreáticos. Es ya, por tanto, un procedimiento terapéutico habitual de primera opción, sobre todo en fisioterapia, ortopedia y medicina deportiva. Aunque los campos de la estética y la dermatología la utilizan cada vez con mayor auge, éxito terapéutico y frecuencia.
Vea el vídeo con la presentación explicativa que hemos elaborado para entender los fundamentos cietíficos de qué son las ondas de choque:
Las ondas de choque con fines terapéuticos son unas ondas de presión que se generan de forma rápida con una fase de presión positiva seguido de una fase de presión negativa con suficiente fuerza tensil para provocar cavitación en un fluido. Este curioso fenómeno físico se produce en entorno natural cuando cae un rayo y el subsiguiente trueno es una onda de choque.
ESTUDIOS:
Reinhardt, N., Wegenaer, J. & de la Fuente, M. Influence of the pulse repetition rate on the acoustic output of ballistic pressure wave devices. Sci Rep 12, 18060 (2022). https://doi.org/10.1038/s41598-022-21595-5
Existen dos tipos de ondas de choque (Radial y Focal), esto es relevante tanto para el protocolo de tratamiento como para su aplicación según el tipo de lesión.
Actúan a nivel celular dirigiendo las ondas hacia un solo punto de acción (volumen terapéutico), producen baja dispersión de la energía, permite seleccionar la profundidad de acción en los tejidos y son ondas de choque que duelen algo más al inicio de la aplicación. La correcta aplicación de ondas de choque requiere de formación. Corr Medical proporciona formación acreditada a todos sus clientes incluida en el precio del equipo.
Tipos de generadores de tecnología focal:
Electrohidráulico: funcionan mediante una bujía eléctrica contenida en un medio acuoso, por la cual, al pasar una corriente eléctrica de alto voltaje genera una burbuja de plasma que se expande de manera esférica. Esta rápida expansión genera una onda de choque.
Piezoeléctrico: consistente en producir tensión mecánica sobre cristales que adquieren dicha tensión mediante diferencial de potencial de polaridad eléctrica.
Electromagnético: utiliza una bobina eléctrica para generar dos campos magnéticos de distinta polaridad, encima de la bobina hay una membrana de metal que es empujada por dicho campo magnético generando así una onda de choque.
Se desarrollaron a partir de 1999 por parte de su inventor Electro Medical Systems EMS.
Son ondas generadas neumáticamente que se aplican sobre tejidos blandos de manera superficial con una máxima penetración de 40mm. en cualquier sistema radial del mercado.
Sus aplicaciones son variadas como, por ejemplo, en las tendinosis o tendinitis tanto si esta calcificada o no, tendinopatía de hombro, rodilla o codo; en la bursitis trocantérea, en el síndrome de la fricción de la cintilla iliotibial o puntos gatillo. Esta técnica no es invasiva, muy segura, menos dolorosa y se puede realizar a nivel ambulatorio.
El equipo de ondas de choque radial que se precie está compuesto de un compresor externo de aire, una sonda radial libremente móvil que se pone en contacto con la piel mediante un gel conductor y un panel de control donde se puede cambiar la intensidad, frecuencia y número de impulsos a realizar por paciente.
Los efectos fisiológicos de la terapia de ondas de choque y su forma de acción son los siguientes: causar microscópicos efectos biológicos intersticiales y extracelulares que producen una mecanotrasducción que fomenta la regeneración de tejidos. A partir de este efecto general fisiológico se producen los siguientes efectos:
Efectos analgésicos: por destrucción de terminaciones nerviosas no melianizadas, por inhibición medular e inhibición de terminaciones nerviosas por liberación de endorfinas como por saturación de factor P.
Efectos antiinflamatorios: por degradación de los mediadores de la inflamación por hipertermia inducida.
Aumento temporal de la vascularización: por parálisis simpática inducida por las ondas de choque.
Activación de la angiogénesis o formación de nuevos vasos sanguíneos: por la rotura intraendotelial de los capilares con migración de las células endoteliales al espacio intersticial y activación del factor angiogénico.
Fragmentación de los depósitos cálcicos: este se produce por el propio efecto mecánico de las ondas sobre los depósitos cálcicos mediante fuerzas tensiles dinámicas en el propio estrato cálcico.
Neo-osteogénesis en procesos de pseudoartrosis y retardos de consolidación: el efecto fisiológico, en este caso, se produce por la estimulación osteogénica (osteonectina) por micronización osteogénica.
Por otro lado, las indicaciones específicas de la terapia de ondas de choque dependerán del tipo de tratamiento ya que pueden usarse en rehabilitación de lesiones, en urología, en dermatología y en estética.
A continuación, se enumeran distintas lesiones donde se recomienda la terapia de ondas de choque:
Es una patología caracterizada por dolor en la cara externa del codo, sobre el epicóndilo (prominencia ósea más externa del codo), como resultado de una tensión mantenida o por sobreesfuerzos repetidos.
La tendinopatía crónica designa una inflamación de los tendones que perdura en el tiempo.
Es una patología común en el hombro y produce dolor.
Las ondas de choque son un tipo de tratamiento muy adecuado para tratar fascitis plantares u otro tipo de patologías de tipo inflamatorias como las tendinitis.
En general, es aceptado que si la consolidación no es efectiva en 6-8 meses, estamos frente a una pseudoartrosis.
Se llama así a la sustitución del tejido muscular por tejido fibroso o acumulación de fibras de colágeno tras un traumatismo.
La primera es la pérdida de vitalidad de un hueso y la segunda es una enfermedad resultado de la pérdida temporal o permanente de la entrada de sangre en los huesos.
La tendinopatía crónica designa una inflamación de los tendones que perdura en el tiempo.
Favorecerá la mitosis celular y, por tanto, la regeneración tisular. Por otro lado, aumenta la formación de hueso, cartílago o tejido conjuntivo nuevo.
Los tendones se irán regenerando.
Factores de crecimiento insulínico 1.
Se generarán vasos sanguíneos nuevos y la zona estará revascularizada.
Por supuesto, tiene algunos efectos secundarios, aunque en general, es bien tolerada y presenta muy buenos resultados a largo plazo.
Los posibles efectos adversos se resumen en: hematomas subcutáneos, petequias, eritema. Por este motivo, las personas que tomen anticoagulantes no deben recibir este tipo de terapia.
Por otro lado, hay algunos estados físicos o enfermedades donde NO se recomienda la terapia por ondas de choque, como son: los procesos inflamatorios e infecciosos agudos, procesos hemorrágicos y tratamientos anticoagulantes, polineuropatías, neoplasias, enfermedades reumáticas sistémicas, fisis de crecimiento de los niños (cartílago de crecimiento) y zonas con gases como los pulmones.
Las ondas de choque permiten restaurar la condición patológica mediante un proceso en el que la aplicación de la técnica no es dolorosa. Las cirugías, que tradicionalmente han sido las técnicas más invasivas y utilizadas para recuperar lesiones musculares u osteoarticulares, son procedimientos doloroso que requieren de anestesia y recuperación con ingreso hospitalario.
Por tanto, las nuevas terapias buscan aliviar el dolor, acortar el tiempo de recuperación y recuperar la funcionalidad completa de las lesiones. La terapia de ondas de choque, cuyo efecto analgésico es inmediato tras la aplicación de unos 400 pulsos, ayuda a reducir la sensibilidad y el dolor. Sin embargo, a las pocas horas puede reaparecer ya que esta es una terapia progresiva.
¿Las ondas de choque duelen? La terapia de ondas de choque es segura, nada agresiva y en la mayoría de las personas proporciona una recuperación progresiva de la lesión. El dolor al inicio del tratamiento es totalmente soportable y por su efecto analgésico este dolor va remitiendo ya en la primera sesión, a medida que se aplica el tratamiento. Siempre y cuando hablemos de las ondas de choque de presión radial que, como se indicaba anteriormente, son menos invasivas que las focales y su acción es más suave sobre los tejidos.
Las ondas de choque radiales han sido objeto de multitud de estudios científicos bajo el control de los comités éticos de importantes instituciones médicas. Por lo que es un tratamiento ampliamente contrastado, eficaz y con amplio consenso en la comunidad médica internacional.
Los resultados han sido publicados en numerosas revistas médicas fiables.
Aquí debajo se mencionan algunos ejemplos:
Las terapias con ondas de choque intervienen positivamente en el organismo sin necesidad de realizar incisión alguna en los tejidos. Por eso, muchas personas han optado por este tipo de tratamientos para diversos problemas de salud que, hasta ahora, requerían entrar en una sala de operaciones.
También se pueden aplicar ondas en personas que se hayan sometido a algún tipo de cirugía, porque su efecto acelera el proceso de cicatrización y curación de lesiones de la piel.
Los pulsos que recibe la piel a través de ondas de energía más veloces que el sonido generan una cavitación microscópica en la zona afectada, lo que estimula el aumento del flujo sanguíneo y otros mecanismos biológicos que favorecen la curación del tejido.
La terapia mediante ondas de choque se ha convertido en una de las mejores formas de combatir un amplio listado de dolencias físicas. Este tipo de tratamientos actúa de manera rápida, y muy beneficiosa, sobre lesiones, dolores, calcificaciones, tendinitis y una larga lista de trastornos, que incluyen la celulitis y la disfunción eréctil. Ver lista oficial de las indicaciones aprobadas por la ISMST.
El amplio campo de aplicación de técnicas fisioterapéuticas se ha beneficiado en gran medida de los avances en las técnicas de terapia de ondas de choque. Gracias a ello, es posible multiplicar el efecto curativo en casos de contracturas, dolores musculares y daños en los ligamentos.
En un principio, las ondas provocan una erosión mecánica que provoca una mecanotrasducción en los tejidos que se revierte en un efecto biológico beneficioso para el tejido tratado. Las ondas de choque regeneran los tejidos tratados, con el consiguiente alivio de dolores, mejora del estado general y reducción del riesgo de lesiones futuras.
Dentro del ámbito de la fisioterapia, los dolores del antebrazo y, sobre todo, de esos tendones llamados epicondíleos, resultan muy comunes entre personas que practican deporte. Gracias a las ondas de choque, la epicondilitis se trata y se cura con un alto porcentaje de éxito. El también denominado codo de tenista tiene consecuencias que pueden ir desde las molestias leves hasta casi imposibilitar cualquier movimiento o torsión de la mano, muñeca o antebrazo, debido al intenso dolor.
El tratamiento para la inflamación de un tejido que va desde la planta del pie hasta los dedos, llamado la fascia plantar, es otra de las principales causas de que las terapias de ondas de choque se hayan extendido y generalizado. De hecho, las mejoras en los pacientes, después de varias sesiones, son notables, debido al estímulo de los tejidos que suponen las ondas de choque. Según la sociedad americana de podología el tratamiento goldstandar para la fascitis plantar es ondas de choque sumado a ejercicios excéntricos.
Las ondas de choque se usan cada día con mayor frecuencia en el campo de la medicina estética y en centros o institutos de belleza. Los pequeños impactos que se ejercen contra las células adiposas y el tejido dilatado actúan directamente sobre la causa del problema, activando la circulación y ofreciendo excelentes resultados, más aun si se acompañan con una dieta equilibrada y ejercicio físico moderado. Según el estudio realizado con el equipo DolorClast. Consulte SMART BEAUTY CONCEPT, nuestra gama en aparatología estética profesional.
Cuando los tendones se inflaman, entre las consecuencias están intensos dolores y molestias. Una vez que eso se produce en un determinado paciente, hay muchas probabilidades de que le vuelva a ocurrir. Por eso, un tratamiento con ondas de choque supone una mejoría rápida y evidente en su estado, al tiempo que una estrategia de prevención ante nuevos casos.
Gracias a la aplicación de ondas de baja intensidad directamente sobre la superficie del pene se mejora la circulación y se generan vasos sanguíneos que no existían previamente. El aumento de capacidad de este órgano para dar entrada y almacenar sangre en sus cuerpos cavernosos incrementa la facilidad para desarrollar y mantener una erección.
La técnica es totalmente indolora y habitualmente se realiza en varias sesiones de unos 15 minutos de duración. Se aplican pequeños pulsos, tanto en las zonas de la raíz del pene como en los lados del mismo. Tras este proceso, la mayoría de los pacientes experimentan una mejoría notable en su capacidad sexual.
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Cuando un tejido se lesiona repetidas veces, sus células tienden a hacerse más duras, lo que aumenta la posibilidad de nuevas lesiones. Es lo que se denomina calcificación. Reblandecer y conseguir una regeneración de la zona puede hacerse de varias formas, siendo una de las más eficaces y rápidas la terapia mediante ondas de choque.
La terapia de ondas de choque consigue reducir los efectos dolorosos del espolón calcáneo, un crecimiento del hueso de la zona del talón. El desarrollo del espolón calcáneo se produce, en muchos casos, simultáneamente a la dolencia denominada fascitis plantar, por lo que un tratamiento de este tipo resulta doblemente efectivo.
La efectividad de las ondas de choque como instrumento que provoca cambios biológicos o físicos en el tejido o calcificaciones se lleva comprobando desde 1980, año desde el que se utilizan para deshacer los cálculos renales sin necesidad de una intervención quirúrgica. Desde entonces, y de manera progresiva y gradual, se ha ido incorporando la aplicación de las ondas de choque en otros tratamientos, sobre todo los de naturaleza fisioterapéutica, ortopédica, en medicina deportiva e incluso en asistencia veterinaria. En todos estos campos, las ondas de choque se han convertido en un instrumento de uso común.
Sin embargo, las evidencias científicas acerca de las ondas de choque se reflejan a lo largo de más de 40 artículos extraídos de las bases de datos de distintos servicios de medicina privada desde 1988 hasta 2003, versando todos ellos sobre tratamiento muscoesquelético con ondas de choque, en los que se recogen los resultados de su aplicación en tratamientos tan diversos como la fascitis plantar, la epicondilitis o codo de tenista, la epitrocleítis o codo de golfista, tendinitis calcificada de hombro, tendinitis no calcificada de hombro, trastornos de las articulaciones o el retraso de consolidación de fractura. Entre todos ellos, la evidencia de la efectividad de las ondas de choque se demuestra satisfactoria en un 79,5 %. Además, queda como constancia su uso generalizado en servicios hospitalarios tanto públicos como privados.
15 de 20 estudios con evidencia según PEDro (Physiotherapy Evidence Database)
Una de estos neurotransmisores es la sustancia P, un mediador del dolor y un factor del crecimiento. Por una parte, la liberación de sustancia P por las ondas de choque tiene un efecto analgésico. Por otra parte, dilata los vasos sanguíneos, estimula la circulación de la sangre y contribuye a la formación de nuevo tejido óseo. El NO (óxido nítrico) también tiene un efecto vasodilatador y desempeña un papel importante en la angiogénesis.
En resumen, sabemos la razón por la que las ondas de choque, cuando se aplican donde existe dolor, producen un efecto analgésico, aumentan la circulación de la sangre y facilitan el proceso de reparación.
Al inhibir los mediadores inflamatorios como la COX-2, las ondas de choque producen un efecto antiinflamatorio. De esta manera se reduce cualquier proceso inflamatorio.
Al contribuir a la liberación de radicales libres, las ondas de choque refuerzan los mecanismos de defensa celular endógenos del cuerpo para protegerlo contra enfermedades.
Estudios científicos también han mostrado que las ondas de choquen actúan de otra manera; la sobreestimulación de las fibras nerviosas bloquea el aumento del estímulo del dolor y, por tanto, intensifica el efecto analgésico (teoría del gate control).
Según otras fuentes las ondas de choque también han sido ampliamente utilizadas en medicina para la desintegración de cálculos (técnica denominada litotricia). Actualmente, se aplica en cálculos renales, ureterales, vesicales, pancreáticos y salivares. Estas ondas también se utilizan para el tratamiento de ciertos procesos musculoesqueléticos que cursan con inflamación, calcificación de partes blandas, afectación condral etc. En cuanto a sus efectos biológicos cabe destacar:
> Analgesia. Por la destrucción de terminaciones nerviosas, cambios en la transmisión nerviosa por inhibición medular (gate control) e inhibición de las terminaciones nerviosas por liberación de endorfinas.
> Efecto antiinflamatorio. Degradación de mediadores de la inflamación por la hiperhemia inducida.
> Aumento temporal de la vascularización. Por parálisis simpática inducida por la absorción de las pérdidas de energía de las ondas de choque.
> Activación de la angiogénesis. Rotura intraendotelial de los capilares y migración de células endoteliales al espacio intersticial y activación del factor angiogénico.
> Fragmentación de depósitos calcáreos. Por efecto mecánico de las propias ondas.
> Neosteogénesis. Estimulando los factores osteogénicos (Osteonectina, etc.) por micronización osteogénica.
Todos estos efectos permiten que las ondas de choque estén siendo utilizadas para el tratamiento de las tendinopatías y entesopatías crónicas de diversa localización con o sin calcificaciones, retardos de consolidación de las fracturas y pseudoartrosis, fascitis crónicas, fibrosis muscular postraumática, osteocondritis, necrosis avascular y quiste óseo solitario, Peyronie, disfunción eréctil, entre otras patologías.
Actualmente, su uso en medicina estética es conocido para el tratamiento de la celulitis y el efecto llamado “piel de naranja”, mejorando a su vez notablemente la elasticidad de la piel y mejora del tono muscular. Con las ondas de choque se produce una hipervascularización de la zona tratada provocando a su vez una descompresión de las células celulíticas hiperatrofiadas, favoreciendo una pérdida de circunferencia y centímetros del área.
Si hay indicaciones en donde las ondas de choque son especialmente eficaces es en aquellas que estén derivadas de la práctica del deporte. Porque en efecto, es un tratamiento para tratar las lesiones en los tendones y otros músculos de cuerpo, como en los casos de la epicondinitis, tendinitis, fascitis plantar y toda clase de afectaciones musculares y óseas. Los principales beneficios de estas ondas acústicas se derivan del hecho de que es un procedimiento no invasivo y que no requiere de la aplicación de ninguna clase de anestesias. Ayudando, por otro lado, a que la recuperación sea mucho más rápida al acelerarse el proceso curativo de una forma correcta. Para que, de esta manera, la rehabilitación sea más satisfactoria para los pacientes.
Además, los efectos analgésicos de las ondas de choque reducen el dolor desde el inicio del tratamiento y al ser naturales no son en absoluto susceptibles de provocar un positivo de dopping. De cualquier forma, una de las características más relevantes de su utilización se deriva del hecho de que reduce o elimina el proceso de calcificación. Por estos motivos es necesaria el uso diligente de esta terapia una vez se haya diagnosticado la lesión correctamente. Para que tenga un doble efecto sobre la incidencia orgánica. Por una parte para la reversión de la inflamación, y por otra, para reducir el dolor como consecuencia de sus altas repercusiones analgésicos. Hasta el punto de que generará un notable alivio en el estado de los pacientes afectados.